El viceministro de Transportes del Perú, Hjalmar Marangunich, anunció el inmediato comienzo de obras para permitir la llegada por tierra hasta el santuario inca de Machu Picchu, cuyas inmediaciones fueron afectadas por inundaciones y derrumbes derivados de lluvias intensas.
"Estamos tratando de ejecutar acciones efectivas para que no se tenga que esperar dos o tres meses. La idea es que en un plazo de 12 días o algo más se pueda tener acceso a Machu Picchu", dijo Marangunich en declaraciones que publica hoy el diario "El Comercio" de Lima.
Para esto, indicó, se retirarán los desechos de derrumbes, se abrirán canaletas para que discurra el agua y se repararán las vías férreas, entre otras medidas.
Machu Picchu, el principal atractivo turístico del Perú, quedó aislado por las lluvias y sólo se puede llegar por helicóptero, lo que resulta muy costoso. Habitualmente la llegada es por ferrocarril o caminatas a través de antiguos senderos, pues las características de la zona impiden que haya carreteras. Esas dos opciones, empero, quedaron cerradas por la destrucción de la carrilera y el anegamiento de los caminos.
La intención inmediata es reconstruir las llamadas rutas I y II, en las que desde Ollantaytambo -a donde se puede llegar en auto- se avance hasta hallar un tramo ferroviario habilitado o caminos en buenas condiciones, de manera que se pueda tomar el tren o continuar a pie hacia Machu Picchu.
"El objetivo de priorizar las obras en estas dos rutas es reinstaurar el tránsito lo más pronto posible, pero también evaluar la situación de las carreteras y prepararnos para las lluvias que van a continuar en febrero y marzo", señaló el director de Provías, ente estatal encargado del sector, Raúl Torres.
Por otro lado, el ministro de Turismo, Martín Pérez, estimó que en ocho semanas la ciudadela de Machu Picchu podrá recibir de nuevo a los turistas en forma normal, "si Dios y el clima lo permiten".
Pérez resaltó la importancia de diferenciar la ciudadela inca del poblado que le da acceso, originalmente llamado Aguas Calientes pero ahora conocido como Machu Picchu Pueblo. El santuario, reiteró, está intacto, a diferencia del pueblo, que sí sufrió algunos daños.
La semana pasada unos 4.000 turistas extranjeros y nacionales quedaron varados en Machu Picchu Pueblo y fueron evacuados en helicópteros. Los viajeros criticaron el caos en el rescate y el alza en los precios de los alimentos. La capacidad de hospedaje colapsó, por lo que varios turistas pernoctaron en vagones de tren, en restaurantes y en carpas en la plaza.
El turismo en el departamento de Cusco, en el que está Machu Picchu, pierde cerca de un millón de dólares al día por los daños. Pérez anunció una campaña agresiva para promocionar a Cusco ante la posibilidad de que su nombre haya sido mellado por las circunstancias que se vivieron.
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