En muchas cosas, el Perú es un país de contrastes. La mundialmente famosa ciudadela de Machu Picchu como destino obligado cuando de visitar Perú se trata y ahora Iquitos, la perla amazónica capital de Loreto la más grande región de nuestro país.
Desde los albores del siglo XX, Iquitos ha sido un pedazo de Europa enclavado en la selva amazónica. Su conexión con los principales puertos del viejo mundo data de los tiempos del caucho. Tanta es su identificación con el exterior que podemos ver en su suelo edificaciones construidas con materiales traídos desde esos remotos lugares y diseños hechos por famosos arquitectos de la época, siendo el más representativo la Casa de Fierro de Gustav Eiffel instalada en la Plaza de Armas.
Iquitos no es pues una ciudad de hoy, es un símbolo amazónico y como tal reclama que el Estado le promocione como lo que es, un punto extraordinario, único, para que nuestros hermanos del mundo de hoy entren a esta maravilla del mundo llamada Amazonía y vean la majestuosidad del monarca de los ríos, el señor Amazonas, conozcan las costumbres y folclor de los habitantes del bosque, de la gente de la ciudad caracterizada por su hospitalidad y cómo no, la variadísima cocina loretana, una fusión de sabores y potajes venidos de los antiguos pueblos de San Martín y Amazonas .
Si en Machu Picchu está el recuerdo de una civilización, en Iquitos está la puerta a la vida, a la naturaleza, a ese estado incomparable donde viven en armonía los árboles, las aguas y el hombre.
Bien PromPerú por la promoción a nuestra región. Que los esfuerzos hechos se cristalicen en afluencia de visitantes, a quienes siempre les recibiremos con los brazos abiertos.
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