miércoles, septiembre 14

Perú, más allá de Machu Picchu

En la ciudad de Lima, más al Norte, en Máncora o más al Sur, en las Líneas de Nasca, el país vecino ofrece una amplia gama de sorpresas. Lo que si ya no sorprende, es su gastronomía de primera.

Por Bárbara Gutiérrez P.



Una pequeña pincelada sobre la nutrida historia de Perú basta a la hora de llegar a Lima, su capital. Es que en cada uno de sus rincones el relato se convierte en vivencia. Las huacas (templos pre-hispánicos) han ido surgiendo silenciosas y retomando sus espacios en medio de la ciudad: Pucllana, en pleno barrio Miraflores -restaurant incluido-; Huallamarca en San Isidro; y el imponente Pachacamac, dan cuenta de la desarrollada cultura de los siglos III y IV dC. Aún así, si se requieren más datos, en el centro histórico, en la mismísima Plaza Mayor, se puede girar en 360° y elegir entre un Palacio de Gobierno -donde, dicen, vive el actual presidente Ollanta Humala-; el Convento de San Francisco y sus misteriosas catacumbas; y el Convento de Santo Domingo, donde descansan los restos de los principales santos peruanos.

La limpieza de la también llamada “Ciudad de los Reyes”, es motivo de orgullo para los limeños, quienes se toman su tiempo para contar como verdaderos batallones de aseo se toman la ciudad antes del amanecer. Miradores, malecones y hasta un mall ensamblado en las rocas, permiten una vista privilegiada de la costa. Un capítulo inesperado resulta conocer el Caballo Peruanos de Paso en la exclusiva Casa hacienda Los Ficus, en el valle de Lurín, a 15 minutos de Lima. Y en la noche… Barranco, un barrio romántico y bohemio, invita a descubrir la diversidad cultural y de ritmos.


¿Al norte o al sur?



Aunque por años Perú ha estado en el centro del interés mundial por el mágico Machu Picchu, a pocos kilómetros hacia el Norte (vía LAN a Tumbes) se encuentra Mancora, zona de extensas playas ideales para el surf, coronada con la presencia de ballenas jorabadas, lobos marinos y pájaros de todos tamaños y colores. ¿El traslado en la zona? exclusivos “mototaxis” o simplemente a caballo por el borde de la playa.

Y si cabe alguna duda sobre otros destinos, al sur de Lima, en Paracas se emplazan las misteriosas Líneas de Nasca, consideradas patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, distribuidas en 50 kilómetros de longitud y 15 de ancho. Para vivir esta verdadera experiencia, se debe abordar una avioneta para, en 1 hora 40 minutos, admirar -y llenarse de interrogantes- figuras como el colibrí, el astronauta, el cóndor y hasta un mono de 110 metros... Inolvidable, en todo sentido.

Gastronomía: una marca


Sin duda la gastronomía peruana merece una mención aparte. Ya sea en su versión del mar, criolla o fusión, cada una de sus preparaciones mezclan lo mejor de sus ingredientes con la incomparable “sazón” peruana. Así, esta mezcla de experiencias y sabores sólo corrobora aquella frase que en PromPerú exclaman con alegría: Hay un Perú para cada quien...

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