lunes, mayo 10

Agua, luces y colores dan vida a las noches cusqueñas

Apenas cae la noche en Cusco, la ciudad empieza a vestirse de gala. Las tradicionales luces amarillas que le dan un brillo especial a las plazas y plazuelas no pueden pasar desapercibidas por su majestuosidad. El paseo que suelen dar aquellos apreciadores de la belleza nocturna es saciado por los monumentos formados por una combinación de agua, luces coloridas y esplendor que muestran siempre aquellos parques y piletas que terminan de adornar la belleza que sólo se puede encontrar en el Cusco, �ombligo del mundo�.

�Debería haber más variedad de colores en las luces, como en el Parque de las Aguas en Lima, y también deberían tenerlas prendidas más tiempo porque las piletas resultan ser muy atractivas, sobre todo para los pequeños de la casa, los cuales disfrutan viendo el espectáculo de agua y luces de colores, además de ser un estímulo para ellos, siempre y cuando se les dé el debido mantenimiento y no dejarlas abandonadas, como la pileta del barrio de San Blas, que más parece un basurero que un atractivo, o la que está en la avenida El Sol�, manifestó Violeta Becerra, ciudadana cusqueña, quien junto a su pequeña y su esposo disfrutaba de la noche y del encanto de la pileta de la plazoleta Regocijo.

Asimismo, Epifanio Esquivel, de 24 años, quien llegó desde su natal Sicuani a Cusco a pasar unos días de vacaciones, expresó su agrado por la pileta que se encuentra en medio de la Plaza de Armas de la ciudad, ya que en su tierra no encontraba tanta gracia, pero que tal vez aún podían mejorar.

Del mismo modo, Adriel Ordiña, César Paiva y Jhon Dante Tito, tres jóvenes de 21 años que sentados en una banca de la histórica Plaza de Armas se encontraban disfrutando de la frígida noche cusqueña, manifestaron que les resultaba muy atractiva la pileta ornamental, para ellos es muy importante el mural de la �paccha� que se encuentra en la avenida El Sol y que expone la cultura andina. Asimismo, los citados jóvenes expresaban su disconformidad con algunas piletas que no responden al contexto arquitectónico y no tienen nada que ver con la cultura Inca. �Muchas personas que vienen del extranjero llegan a nuestra ciudad para conocer nuestra cultura, por eso creo que en las piletas o pacchas deberían resaltar más lo autóctono�, agregó uno de ellos.

Cuando llega la noche y cubre todo con su manto oscuro, la belleza del Cusco, en lugar de ser opacada, resalta más ante los ojos de propios y extraños por sus atractivos nocturnos que sólo se dejan ver cuando el �dios Inti� se esconde, como es el caso de la pileta de la Plaza de Armas, la misma que de día no pasa de ser una fuente de agua para convertirse en la noche en un estupendo atractivo, el cual atrae cada vez más a turistas nacionales como extranjeros, los cuales complementan su recorrido a los distintos portentos arquitectónicos con la visita a estas piletas ornamentales.

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