martes, septiembre 6

Machu Picchu: lo que fuera y lo que es

Visualizar in situ lo que mitos y teorías científicas relatan sobre la llamada ciudad perdida de los incas, es lo que ansían errantes globales, vagabundos anacrónicos, viajeros del tiempo, turistas ansiosos. Pero antes de deambular por los caminos de la historia que las ruinas abren a los ojos y a la imaginación, está la etapa de planificación del viaje.

Justamente de eso se trata esta nota, de lo que hay que saber antes de partir rumbo al encuentro con el pasado. La premisa, entonces, sin reservas en la información para no quedarse sin reservas para Machu Picchu.

Experiencias de viajeros

Antes de los datos fríos las recomendaciones de los que fueron y volvieron para contarla:
Mascar coca. Los mendocinos por lo general no sufrimos los efectos del soroche, como le llaman por allá al mal de altura.

Si bien nuestra ciudad no está tan alto como el Cusco, que se asienta pasando los 3.300 metros sobre el nivel del mar, tenemos cintura para soportarlo. No obstante mascar coca, tal y como lo hacen los cusqueños para no apunarse es una experiencia que no hay que perderse.

Los paquetitos con hojas se consiguen en la Plaza de Armas y cualquier peruano gustoso explica a los forasteros cómo se debe mascar.

Cruce cultural. Pero no el de los españoles con los incas, sino el de los argentinos con los peruanos. Ellos hablan bajo, nosotros, por poco a los gritos. Ellos, en muchos sitios, con sus vestimentas típicas, tan coloridas; nosotros con todo lo que nos vendieron antes de partir y que nos hace lucir entre europeos y yanquis, pero no muy argentinos.

Creemos que hace falta tal o cual marca de zapatillas para el viaje, y las compramos. Una vez allí, vemos como los lugareños se desplazan ágil y velozmente usando sandalias hechas a mano entre las piedras de las montañas. Lo llevan en la sangre, nacieron aquí, pensamos.

El dios sol y el Dios de los cristianos. El entrelazamiento de creencias o las imposiciones de los conquistadores se ven en varios sitios y son estremecedoras. Por ejemplo en Koricancha, el templo de la luna, sobre cuyos cimientos los dominicos edificaron su convento.

En tanto en la catedral del Cusco, los muralistas de la escuela cusqueña dejaron su impronta en las paredes: el plato que comerían los apóstoles en la última cena sería uno típicamente inca: cuy.

Entrenamiento para el camino inca. Las agencias que comercializan el trekking suelen indicar que no se necesita un entrenamiento profesional para hacerlo. Ahora bien, nobleza obliga decir que para encararlo hay que estar dispuesto a transitar 42 km de entre los 2.400 y 4.200 metros, con subidas empinadas y bajadas abruptas.

Es para gente que le gusta la vida de acampante, que puede prescindir de las comodidades, que no tendrá empachos en tomar agua del río Urubamba (potabilizada con píldoras de cloro, eso sí) y que se banca una mochila en la espalda constantemente. Si no se reúnen esas condiciones es preferible ir en tren.

Reconstruir la historia. Entrar al Machu Picchu por la puerta del sol (por allí acceden los que llegan tras hacer el camino inca, cual lo hicieran ellos) produce una extraña sensación. No faltan las lágrimas de emoción y los abrazos por haber llegado a la meta, tampoco algún cigarro a pesar de las fatigas y la falta de oxígeno que genera el último tramo. Dan ganas de bajar de prisa para encontrarse con las ruinas.

Esas paredes rocosas, que si no fuera por la falta de techumbres estarían igual que hace cinco siglos, rápidamente hacen recordar todo lo leído previamente. Retiro real, última ciudad inca, fortaleza para doncellas o lo que haya sido, afortunados los que llegan, muy afortunados.

Cusco, primera parada

Unos días previos a la visita al complejo arqueológico son necesarios para aclimatarse a la altura. Amén de la aclimatación, la que fuera capital del gran imperio de los hijos del sol, tiene muchas excursiones disponibles. De acuerdo con el tiempo de estadía podrán elegirse cuántas hacer.

Desde la Oficina de Información y Asistencia al Turista de ese destino informaron que para poder ingresar de manera independiente a los atractivos turísticos es necesario adquirir boletos o pagar en el lugar que se desea visitar.

El denominado Boleto turístico, por ejemplo, incluye el pase a 16 lugares entre centros arqueológicos y museos urbanos y de las inmediaciones.

Además existen otros 3 boletos turísticos parciales. Uno de ellos lleva a Sacsayhuaman, Q’enqo, Pucapucara y Tambomachay (1 día). El otro a los museos Histórico Regional, de Sitio Koricancha, de Arte Popular, al Monumento al Inca Pachacutec, al Centro Qosqo de Arte Nativo, al de Arte Contemporáneo y a los complejos arqueológicos de Tipón y Pikillacta (1 día).

Mientras que el último rumbea al Valle Sagrado de los incas, es decir a Pisac, Ollantaytambo, Chinchero y Moray y toma dos días. Los precios son: 130 soles el boleto general (dura 10 días) y 70 el parcial (con duración de 1 día, excepto el del Valle Sagrado que tiene validez por dos jornadas).

Vale aclarar que la tarifa sólo contempla el ingreso a los atractivos, pero no los servicios de guiado, ni transporte.

Por otra parte, no puede dejar de conocerse el Complejo Arqueológico de Koricancha, ubicado en Plaza Santo Domingo (entrada 10 soles).

Ahora bien, además existe la posibilidad de contratar un city tour para conocer los principales atractivos ubicados en la urbe y las afueras (que incluyen a la mayoría de los anteriormente mencionados).

Por lo general, las agencias de viajes organizan esta excursión todos los días, duran unas 4 horas y salen entre 25.00 y 70.00 soles. Si se desea contratar el tour al Valle Sagrado (itinerario fuera de la ciudad) hay que pensar en un gasto de 35.00 a 100.00 soles.

El gran momento


A pesar del aura colonial que flota en la plaza de Armas del Cusco, de sus mercadillos cargados de costumbres y productos de larga data, de sus museos llenos de elocuencias pasadas, los turistas llegan hasta allí con la vista puesta en otra parte: en el Machu Picchu. Para llegar hasta el anhelado destino, a continuación todos los datos.

El día D


La visita al Santuario Histórico puede ser realizada cualquier día de la semana, para tal efecto es necesario adquirir los boletos del tren Cusco - Aguas Calientes- Cusco, con uno o dos días de anticipación.

Un tip a no olvidar es que durante la temporada alta (que va de junio a agosto) es recomendable la compra o reserva con varios días de anticipación, tal como lo indicaron desde el Servicio de Información y Asistencia al Turista.

El tren para en la localidad de Aguas Calientes, que podría decirse en sentido figurado, está a los pies del complejo. Desde allí es preciso tomar un bus para llegar al recinto arqueológico. Existe también la posibilidad de ascender caminando por un sendero peatonal de 8 Km que toma aproximadamente de 1 hora y media a paso sostenido.

El precio de la entrada, que brinda acceso a la Ciudad Inca Machu Picchu es de 126.000 soles; de 148.000 si se agrega el Museo de sitio y 150.000 contemplando además de los anteriores a Waynapicchu (montaña contigua).

La venta de tickets se realiza por vía electrónica en www.machupicchu.gob.pe y el pago puede hacerse en todas las oficinas del Banco de la Nación del Perú, medida adoptada desde enero. Es importante destacar que tras hacer la reserva, se debe abonar en las 6 horas siguientes, de lo contrario se anula automáticamente.

Otra alternativa es adquirir la entrada en las oficinas de la Dirección Regional de Cultura del Cusco o de Aguas Calientes.

Tanto en la entrada del complejo como en la estación de Aguas Calientes guías de sitio ofrecen sus servicios para realizar el recorrido (el precio se acuerda directamente). Otra alternativa es encarar la visita por cuenta propia.

No voy en tren

Son muchos los viajeros que deciden llegar al recinto arqueológico emulando a los ancestros, es decir transitando el camino del inca. En este caso es necesario contratar los servicios de una agencia autorizada para encarar el trekking que conduce al Machu Picchu.

Agustín Cetrangolo, desde la receptiva Inca Point, indicó que hay 2 versiones, una de 2 días y 1 noche y la otra de 4 días y 3 noches. Los precios son U$S 280 y U$S 330 respectivamente.

Hace algunos años esta senda cuenta con un cupo de 500 personas por día que es administrado por el Instituto Nacional de Cultura de Cusco (www.machupicchu.gob.pe).

Este cupo se agota con 3 o 4 meses de anticipación, por lo que es imperiosa la reserva, indicaron. Por ejemplo, al cierre de esta edición, sólo quedan algunos lugares disponibles para fines de octubre, ya que lo correspondiente a lo que queda de agosto y setiembre ya había sido vendido en su totalidad, relató Sabina de la agencia cusqueña Travel Machu Picchu.

No obstante, desde esta empresa comentaron que también ofrecen tours alternativos. Uno de ellos es Salkantay-Mollepata-SantaTeresa-Machu Picchu (5 días; U$S 290). En este caso también se realiza un trekking por las montañas, se recorren algunos tramos de la red de caminos incas y tras pernoctar en Aguas Calientes se llega al Machu Picchu en bus.

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