La casi inaccesible geografía del santuario inca de Machu Picchu fue conocida por más de un occidental antes de que el 24 de julio de 1911 llegara el explorador estadounidense Hiram Bingham y la proclamara al mundo como su más grande descubrimiento.
"Bingham llegó a un lugar que estaba ocupado, que era conocido", señaló a dpa el arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras.
El explorador bautizó a Machu Picchu como la "ciudad perdida de los incas", nombre con el que la promocionó pero que no era fiel a su historia. Para los investigadores actuales, esta ciudadela nunca estuvo perdida y los misterios que se tejieron a su alrededor los han ido desenredando con estudios científicos.
"Este sitio fue saqueado por todos durante la colonia. Después vinieron varios hacendados. Nunca estuvo deshabitado ese lugar. Cuando llegó Bingham quedaban dos campesinos a cargo y había un propietario, Agustín Lizárraga", afirmó Lumbreras, ex director del Instituto Nacional de Cultura.
La imponente construcción inca del siglo XV se alza a 2.450 metros sobre el nivel del mar en la selva del departamento de Cusco, en el Perú. Se encuentra entre precipicios, ríos sinuosos y una vasta vegetación.
Al estadounidense le tomó seis días acceder por primera vez a este lugar desde la ciudad andina de Cusco. Actualmente, cubrir este trayecto toma unas cuantas horas en tren sumadas a la conexión de un autobús.
La historiadora Mariana Mould de Pease ha seguido las huellas de alemanes, ingleses, italianos y franceses que visitaron Machu Picchu antes que Bingham. Muchos de ellos llegaron a la zona por el proyecto ferroviario en el valle del río Urubamba y se relacionaron con los pobladores locales, quienes los llevaron a conocer "las huacas del inca", nombre con el que se conocía al santuario en esa época.
"Augusto Rodolfo Berns era un alemán dueño de la compañía explotadora de las \'huacas del inca\'. Su finalidad era exportar a Alemania (antigüedades), aunque no sabemos si lo llegó a hacer o no", dijo a dpa Mould de Pease, gestora de la "Colección Franklin Pease G.Y. para la historia andina del Perú".
Berns publicó en 1887 folletos para buscar inversionistas para su proyecto donde adjuntó mapas en los que señala la ubicación de "las huacas del inca". El cartógrafo Paolo Greer fue quien entregó un fragmento detallado del mapa a la historiadora.
Antes, en 1877, el alemán Hermann Göhring había sido el encargado de publicar la expedición a Paucartambo del fallecido coronel Baltasar La Torre, donde se anexó un mapa con el nombre de Machu Picchu.
En 1878, el ítalo-peruano Antonio Raimondi publicó un mapa del valle del Urubamba para la Sociedad Geográfica de Lima, donde estaba incluida la ciudadela. Dos años más tarde, el viajero francés Charles Wiener escribió el libro "El Perú y Bolivia. Relatos de viaje", donde también adjuntó un plano.
Ya en el siglo XX, el explorador alemán Georg von Hassel elaboró en 1904 un mapa de su primera expedición al lugar, con el que su compañero de viaje Carl Haenel enfrentó mediáticamente a Bingham en 1916, aunque el estadounidense dijo desconocer el trabajo de los alemanes.
En 1910, el inglés Clements Markham publicó un informe sobre las exploraciones arqueológicas y empresariales que hicieron peruanos y extranjeros en la zona donde se indicaba en un mapa la ubicación de Machu Picchu, lugar que conocía desde años atrás.
Sin embargo, para Lumbreras, el rol de Bingham fue más allá que el de los anteriores visitantes: "Yo le reconozco dos contribuciones muy importantes: el lanzamiento mediático del monumento arqueológico porque se publicó en una revista de circulación mundial, \'National Geographic\' ( en abril de 1913), y el componente científico de su expedición, pues vino con un equipo de geólogos, geógrafos, expertos en metales, botánica, etc...".
Según Mould de Pease, "Bingham fue el primero en manejar toda esta información (científica) para comunicarle al mundo la existencia de Machu Picchu", aunque lo haya hecho de manera "sesgada, imparcial, diciendo que nadie sabía en el Perú de esto".
Bingham llegó al país auspiciado por la "National Geographic" y la Universidad de Yale junto a una misión científica. Esta expedición a las ruinas esculpidas perfectamente en piedra le dio fama mundial.
Pero a pesar de que el 24 de julio se considera la fecha oficial del hallazgo de Machu Picchu, el gobierno peruano adelantó las celebraciones al 7 de julio, fecha en la que se designó al santuario como una de las nuevas maravillas del mundo en 2007. La modesta ceremonia para homenajear al primer destino turístico del Perú incluyó conciertos de la peruana Tania Libertad y del grupo chileno Los Jaivas.
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