lunes, abril 26

Camino Inca en la senda de los Chasquis

Las palabras siempre quedarán cortas para describir las sensaciones acumuladas durante el recorrido por el Camino Inca que termina en Machu Picchu. Los complejos arqueológicos, las cuestas empinadas, los descensos sinfín y el inusual paisaje -mezcla de nevados, abras espectaculares y tramos con ropaje de selva- es el "fiel acompañante" en esta singular y excitante aventura que dura cuatro días y se inicia en el kilómetro 82 de la línea férrea Cusco-Aguas Calientes.

Despierta el tren con un pitido vibrante, para anunciar al pueblo su inminente partida y notificar a los viajeros del final de su aventura por aquellos caminos que hacen acrobacias en las faldas de los cerros y esos senderos... Buenas tardes, señor, su boleto. Hora de marcharse. El camino del regreso al Cusco. La locomotora rechina, tiembla, se echa a andar.......

Llega el crepúsculo. Sombríos rezagos de luz permiten divisar, a través de las ventanas, los trazos desparejos de los cerros tupidos de eucaliptos y del río Urubamba, caudaloso y... Señor, se sirve un matecito de coca. Bebida caliente, reconfortante. Se impone la noche. El tren es una lombriz presurosa que devora rieles y durmientes.

Luces encendidas. Un papel inmaculado, un lapicero dormido. Alguien intenta escribir su aventura en el Camino Inca que conduce a Machu Picchu... pero no puede, no logra ordenar sus recuerdos; entonces, cierra los ojos, hace memoria, reflexiona, busca los hados de la inspiración... Señor,... uy, disculpe, estaba durmiendo. Sonríes, "qué importa, no te preocupes, sólo pensaba".

El tren se detiene. Estación de Ollantaytambo. Las estrellas hacen guiños desde la bóveda oscura. Pregones, bullicio, señoras que ofrecen choclos con queso por las ventanas: a sol cincuenta la unidad; "¡no!, a un sol, sino no compro" (arte del regateo)... perdón, ese libro es suyo, señor, "sí, claro, gracias"...¿estará ahí la inspiración?. Piensas, recuerdas. Comienzas a escribir

El Camino Inca está abrumado de montañas, mientras el río Urubamba -sagrado y serpenteante- se extravía en la profundidad de los cerros. De pronto, descubres a una mujer encapsulada en su bolsa de dormir. ¿Pretende ignorar o escabullirse del frío?, te preguntas antes de superar el último escalón de una infernal escalera. Ella no te mira. ¿Dónde estará el sol?

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